- Cusco es una ciudad con mucho turismo, de gente de todas las edades. En cualquier bar, no importa a qué hora vayas, vas a cruzarte con grupos de lo más variados. Nosotras estábamos en una mesa y en la de al lado, había una pareja de amigas francesas de 45 años, en otra, un grupo de chicas inglesas de 16 y saliendo del bar, un grupito de 70 edad promedio. En los únicos lugares donde hay más homogeneidad a nivel edad es en los lugares más onda boliche (tipo Mamá África).
- La diferencia entre bar y restaurante no es tan marcada como en Buenos Aires. En la mayoría de los bares de Cusco se puede comer de todo e incluso tomar el desayuno.
- Es difícil decir a qué hora se "ponen" los bares. Al haber gente de culturas tan diferentes, cada uno sale a la hora a la que está acostumbrado y, con excepción de algunos lugares muy puntuales, generalmente tenés gente a toda hora, pero los lugares nunca están llenos llenos.
- Aparentemente está permitido fumar en los bares, porque en la mayoría hay mucho humo. Nosotras, acostumbradas a los bares porteños, nos habíamos olvidado de lo que era salir y volver con el olor a pucho impregnado en la ropa y en el pelo. Así que sepan que lo que se pongan, probablemente no lo van a poder volver a usar (importante porque de viaje uno siempre está con el problema de la ropa, sobre todo si va de mochilero).
- La mayoría de los bares tienen más de un horario de happy hour y también hay mucho bar con música en vivo. Por suerte van a ver carteles por todas partes - estar informados no es difícil.
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